“Lograr que los niños y las niñas aprendan a leer y escribir bien en los primeros grados es una condición de éxito para lograr la calidad, y por tanto debe ser la prioridad de toda política educativa y social, y el ámbito al que se dediquen más esfuerzos de parte de organizaciones de la sociedad civil, empresas, organismos internacionales, universidades y familias”.

Así lo plantea la especialista regional en lectoescritura inicial del Programa de Desarrollo de Capacidades LAC READS que auspicia la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en ingles), Josefina Vijil, quien subraya que la base para lograr la calidad de la educación es la lectoescritura.

En su investigación “Lectoescritura inicial en Centroamérica y República Dominicana: aprendizajes, recomendaciones y desafíos”, cuyo resumen reproduce la revista del Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), Vijil plantea que el trabajo infantil, la pobreza y la malnutrición tienen una correlación negativa con los resultados de lectura en los primeros grados y la importancia de la familia y la consideración de los estudiantes en el proceso de aprendizaje.

Destaca que aunque existe una clara conciencia de la existencia del problema a escala continental con la comprensión lectora el tema no se ha estudiado y experimentado suficientemente por lo que no hay claridad sobre cómo mejorar estas habilidades críticas para su aprendizaje. “Hay conciencia del problema, sin embargo, falta atención y debate sobre los pasos que podrían tomarse para mejorar los niveles de comprensión de lectura en la región”, indica.

La experta nicaragüense plantea que los programas de capacitación de los profesores pueden tener un efecto positivo en los resultados de lectura inicial en países de ingreso alto y mediano alto, cuando se ejecutan bien y se complementan con acompañamiento en el aula, así como los programas de nutrición en contextos en que las tasas de retraso del crecimiento y desnutrición son altas entre los niños y las niñas.

“Los programas que se centran en proporcionar tecnología de la información y las comunicaciones, sin hacer énfasis en la pedagogía, no logran mejorar los resultados de lectura en los primeros grados”, advierte.

Destaca que la calidad de la educación preescolar se asocia de manera positiva con los resultados de lectura en los primeros grados.

Vijil afirma que los actores claves de los países estudiados reconocen que no se ha dado prioridad a identificar lo que mejor funciona para aprender y enseñar a leer con éxito en los primeros grados (identificar las “evidencias locales”) y que podría ser diferente de lo que funciona en otras regiones del mundo. “De hecho, ellos no hacen referencia al uso de evidencias basada en investigación para informar de su trabajo y tomar decisiones”.

El Programa de Capacidades LAC Reads (PCLR), de la Oficina de USAID para América Latina y el Caribe, es ejecutado con el apoyo del American Institutes for Research (AIR) y se ha estado ejecutando desde 2014 y durará hasta el 2019, priorizando República Dominicana, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú, Haití, Jamaica, y los países organizados en la Organización de Estados del Caribe Oriental.

El PCLR tiene como objetivo central promover la sistematización, diseminación y uso de evidencias de investigación y recursos para aumentar el impacto, la calidad y la sostenibilidad de las políticas y prácticas de lectoescritura en los primeros grados de primaria (Early Grade Reading, EGR o Lectoescritura inicial, LEI) en los países en los que trabaja.

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